El alquiler vacacional despunta en verano en nuestro país, pues permite un beneficio que supera con creces el de cualquier otra época del año. Tanto es así que el propietario de una vivienda que está en alquiler durante el verano puede tener unos ingresos hasta cuatro veces mayores que en otros meses del año. No es de extrañar, por lo tanto, que cada vez sean más los españoles que recurren al alquiler vacacional para rentabilizar su segunda residencia. Llegados a este punto, conviene recordar que una vivienda vacacional no es lo mismo que una vivienda de uso turístico. Una vivienda vacacional es un inmueble que se alquila generalmente con la idea de que el inquilino disfrute de una estancia en vacaciones como lo haría un residente de la zona, casi siempre en periodos cortos, mientras que una vivienda de uso turístico se destina exclusivamente con fines turísticos, de forma que la experiencia residencial se asemeja más a la que se disfruta en un hotel que a la que puede tener un vecino de la zona. Se calcula que en los destinos vacacionales más solicitados, sobre todo en los que tienen playa, el número de apartamientos turísticos aumenta hasta un 45% en verano y cada vez es más costoso acceder a uno de ellos. El coste medio suele situarse en 1.200€ a la semana, si bien en algunos destinos como Ibiza o Marbella alcanza los 3.300€ semanales, lo cual hace que muchos propietarios se decidan por la opción del alquiler vacacional en verano.

RENTABILIZAR EL ALQUILER EN SÓLO TRES MESES
Una gran mayoría de los propietarios que opta por el alquiler vacacional con sus segundas residencias lo hace exclusivamente en verano. Se calcula que en destinos turísticos durante los meses de julio y agosto se realizan entre el 60 y el 80% de las reservas de todo el año. Por su parte, en destinos no asociados exclusivamente al turismo, la reserva durante estos meses suele suponer el 40%. No es para menos que en verano la oferta de alquiler aumente, pues ya hemos dicho que durante el verano (en los meses de julio, agosto y septiembre) los ingresos que se obtienen a través del alquiler triplican y hasta cuadruplican a los de un mes normal. Esto conlleva que cada vez más arrendadores decidan alquilar su propiedad sólo en verano, pues en estos tres meses ya rentabilizan sus ganancias. Por lo general, el arrendador que alquila sólo en verano suele alquilar por meses o por quincenas, aunque hay veces que también puede alquilar por semanas, en función de la demanda que tenga. Esto permite despreocuparse el resto del año de alquilar el inmueble y poder usarlo como segunda residencia. La prueba de que el alquiler vacacional cada vez se adscribe más al verano es que muchas empresas que gestionan alquileres residenciales ofrecen servicios pensados exclusivamente para la época estival.

UNA VIVIENDA DE DOBLE USO
Los propietarios que alquilan su propiedad sólo en verano disponen de lo que podríamos llamar una vivienda de doble uso, pues durante tres meses la destinan al alquiler y el resto del año disfrutan de ella como una segunda residencia. Por lo general, los propietarios que optan por esta modalidad de alquiler suelen delegar en una empresa que se ocupa de todo: desde la búsqueda del inquilino hasta la limpieza, pasando por la resolución de cualquier circunstancia que pudiera ocurrir en el inmueble. Esto permite que el propietario se despreocupe por completo de cualquier eventualidad, lo cual es un factor muy a tener en cuenta. Hay que pensar que la gran mayoría de inmuebles destinados al alquiler vacacional suelen estar en destinos turísticos, lo cual implica que sus propietarios generalmente no residan cerca de ellos y tengan dificultades para poder realizar cualquier gestión relacionada con el inmueble. Un dato interesante es el que se refiere al sector del lujo, pues se calcula que hasta un 40% de los propietarios que alquilan viviendas de lujo se decantan por el alquiler vacacional. Y es que una vivienda de lujo que se alquila en los meses de julio, agosto y septiembre en las zonas más exclusivas de España puede generar unos ingresos que se acercan a los 200.000€, una cantidad que hace que en muchos casos el propietario de alto standing se decida por el alquiler vacacional.
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