El Teatro Valle-Inclán se ubica en plena plaza de Lavapiés y es uno de los teatros más importantes de Madrid. Su ubicación exacta es la confluencia de las calles Argumosa y Valencia, y para rastrear sus orígenes tenemos que retroceder hasta el año 1908; entonces su lugar lo ocupaba un teatro de barrio llamado Lo Rat Penat. El empresario que lo construyó, Vicente Ballester, eligió ese nombre (que en valenciano significa El Murciélago) para rendir homenaje a Valencia, su ciudad natal.

De hecho, en la fachada del recinto y en su interior había varios elementos decorativos en forma de murciélagos. Allí se representaban obras teatrales populares, conciertos, espectáculos de variedades yse hacían proyecciones cinematográficas. Esta última forma de funcionar sería la más adoptada por el local, puesto que en las siguientes décadas funcionaría casi siempre como cine. En el anterior artículo de nuestra sección Lugares con mucha Historia visitamos la plaza del Cordón; hoy es el turno del Teatro Valle-Inclán, un pequeño templo de la cultura en el corazón de Lavapiés.

UN CINE CON MUCHA SOLERA
En 1916 el local conocido como Lo Rat Penat pasó a llamarse Salón Olimpia, y en 1926, Cine Olimpia. En él se proyectaban las películas del momento, pero tan sólo 3 años después (en 1929) el lugar fue reconvertido en teatro y pasó a llamarse Sala Olimpia. Allí se representaban comedias, zarzuelas, reestrenos de cine e incluso bailes de carnaval. Pero la sala cambió de dueño con los años en numerosas ocasiones y terminó reconvirtiéndose en cine; el Cine Olimpia recobró su nombre y llegó a ser la sala de cine más antigua y con más solera de la capital.

El local fue adscrito al Ministerio de Cultura en 1984, pero pronto quedó anticuado al incumplir normas de seguridad y no poder alojar los espectáculos artísticos con las condiciones que se requerían. En 1994 el edificio pasó a ser propiedad del Centro Dramático Nacional, y en 1999 se proyectó un nuevo local para alojar equipos de escenografía donde se representasen grandes obras teatrales. Para ello no quedó más remedio que derruir el local y levantar uno nuevo en el solar donde antes estaba la Sala Olimpia, ya que el deterioro del edificio hacía inviable su remodelación.

UNA OBRA DE VALLE-INCLÁN PARA INAUGURAR EL VALLE-INCLÁN
El nuevo edificio fue proyectado por los arquitectos Ignacio García Pedrosa y Ángela García de Paredes, que derribaron el viejo teatro en 2001 y empezaron a construir el nuevo en 2002. Sería en 2006 cuando el Teatro Valle-Inclán por fin pudo inaugurarse, un local que cuenta con una superficie de 5.380 m2. El teatro cuenta con dos salas diferenciadas: la más grande, llamada Valle-Inclán, tiene una capacidad de 450 espectadores, y una segunda sala llamada Francisco Nieva tiene un aforo de 150 butacas. Hay que decir que para que el Teatro Valle-Inclán pudiera construirse fue necesario realojar todos los locales comerciales que se ubicaban en el antiguo edificio de la plaza de Lavapiés. Como no podía ser de otra forma, la obra elegida para inaugurar el teatro fue de Valle-Inclán: concretamente Divinas Palabras, que fue representada en febrero de 2006 cuando el teatro abrió sus puertas.

¿SABÍAS QUÉ…?
El local Lo Rat Penat, antecedente del actual Teatro Valle-Inclán, contaba en su interior con dos sifones de agua de Seltz que hacían las veces de extintores. Según las fuentes de la época, se usaban los sifones “por ser el extintor más eficaz y económico”.
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