Existe bastante incertidumbre respecto a las posibles consecuencias del Brexit en nuestro sistema inmobiliario, si bien no debería haber motivos para la alarma. A día de hoy los expertos no creen que la salida de la Unión Europea de los británicos vaya a tener consecuencias negativas en nuestro sistema inmobiliario. En cualquier caso, conviene ser cautelosos, estar muy atentos y esperar el transcurso de los próximos meses para ver qué ocurre. En España tienen propiedades inmobiliarias entre 800.000 y un millón de ciudadanos británicos, aunque sólo 300.000 residen en nuestro país. Los números indican que los británicos son los principales compradores extranjeros de vivienda en España, pues suponen el 14% del inversor foráneo que adquiere propiedades en nuestro país. Sin embargo, hay que decir que se ha notado un descenso de operaciones realizadas a manos de inversores británicos en los últimos años. Sin ir más lejos, en el primer trimestre del año 2016, el número de inversores británicos que adquirieron vivienda en España supuso el 22% de los inversores extranjeros (ocho puntos por debajo de las cifras actuales). En los últimos años ha habido un retroceso en la compra de vivienda española por parte de los británicos, si bien los analistas apuntan a que el Brexit no debería incrementar este retroceso. Según los expertos ya habríamos dejado atrás el momento más difícil; en cualquier caso debemos ser cautos y ver cómo se comporta el mercado cuando el Brexit comience a tener sus principales efectos.

OPTIMISMO CONTENIDO
Como ya hemos dicho, los expertos creen que los peores efectos del Brexit ya se han dejado notar en nuestro sistema inmobiliario. Es indudable que el mercado inmobiliario español resulta muy atractivo para el comprador británico, pues éste encuentra en nuestro país un lugar perfecto para disfrutar del mejor clima y la mejor gastronomía. También hay otras razones más económicas por el atractivo de las perspectivas futuras de una inversión a medio largo plazo. Como ya hemos visto, a partir de 2016 hubo un descenso en las operaciones realizadas por el comprador británico; se considera que la devaluación de la libra fue clave en dicho descenso (no hay que olvidar que en 2016 la libra se devaluó un 13,6% respecto al euro). Bastantes analistas consideran que el efecto del Brexit ya está descontado respecto a la divisa; ahora será muy importante ver qué tipo de acuerdos se consiguen para los británicos respecto a fiscalidad, sanidad, libertad de movimientos en los otros países de la UE, etc., lo cual evidentemente va a tener un impacto a la hora de comprar un inmueble fuera de su país. Sea como fuere, sí que parece claro que un Brexit duro hubiera tambaleado mucho más a nuestro sector inmobiliario. Precisamente por el hecho de que esta posibilidad se haya desvanecido, los expertos son optimistas y no creen que el Brexit vaya a originar grandes cambios en nuestro sistema inmobiliario. Sin embargo, las negociaciones que deben llevar a un acuerdo antes de fin de año serán muy complicadas y en estos momentos es difícil predecir el resultado final y por tanto sus consecuencias prácticas.

UNA PROPIEDAD EN ESPAÑA, UN IMPORTANTE ACTIVO
A falta de saber qué ocurrirá en un futuro con los británicos en materia de fiscalidad y residencia extranjera, hay una circunstancia incuestionable: contar con un buen inmueble en España es disponer de un importante activo en un país con una moneda sólida, como es el euro. Los británicos son conscientes de esta realidad, por lo que siempre van a considerar la opción de invertir en residencias de nuestro país. Si además de lo dicho tenemos en cuenta lo bien considerada que está España como lugar residencial o vacacional por parte de los británicos, podemos concluir que no hay por qué pensar que estas inversiones vayan a dejar de producirse. Paradójicamente incluso pueden aumentar por el incentivo de invertir en la zona Euro y la seguridad que ello aporta si se tienen los fondos necesarios para invertir diversificando el riesgo que supone tener todos los activos en Gran Bretaña.