Las Escuelas Pías es un buen ejemplo de cómo los restos de un antiguo edificio pueden aprovecharse para convivir con la arquitectura más moderna dentro de un espacio útil.

Hoy en día allí se ubican la biblioteca y el Centro Asociado de la UNED (Universidad a Distancia) gracias a un importante trabajo de rehabilitación terminado en el año 2004, pero también pueden verse los restos de una antigua Iglesia. Presente y pasado unidos en las Escuelas Pías, que ocupan hoy el lugar protagonista de nuestra sección Rehabilitar es Habitar. La retomamos después de que semanas atrás recorriéramos el Mercado de San Miguel.

UNA BIBLIOTECA, UN AULARIO, UN CONVENTO

En la calle Tribulete, situadas en el corazón del Madrid más castizo, se encuentran las Escuelas Pías, un espacio rehabilitado y declarado Bien de Interés Cultural en 1996.

Allí conviven la biblioteca y el aulario de la UNED con los restos que aún se conservan de la Iglesia de las Escuelas Pías de San Fernando y del colegio. A finales del S. XVIII aquel lugar lo ocupaban el Colegio de San Fernando y la Iglesia de las Escuelas Pías.

Aquel colegio era uno de los más importantes de la capital, pues había matriculados más de 2.300 alumnos y en él se impartía una clase para sordomudos, algo muy poco usual en aquella época. Fue muchos años después, con la Guerra Civil, cuando ambos edificios fueron incendiados, perdiéndose para siempre parte de su estructura.

UNA ACERTADA REHABILITACIÓN

A nuestro juicio las Escuelas Pías es uno de los mejores ejemplos de rehabilitación de un edificio histórico en Madrid. Para construir la moderna biblioteca y el aulario se mantuvieron los restos de los antiguos edificios, de manera que diferentes arquitecturas coexisten en el lugar, dotando al espacio de un rico e interesante contraste.

Ahora modernidad e Historia se unen en un entorno particularmente bello. Por detrás de las Escuelas se encuentra una corrala restaurada que termina de rematar la zona, una zona con un sabor inequívocamente madrileño. En el trabajo de restauración destaca entre todas las piezas la escalera levantada entre las ruinas y los nuevos edificios, que sirve de unión entre lo antiguo y lo moderno. Es muy satisfactorio comprobar cómo los materiales escogidos para la construcción de los nuevos edificios (madera y ladrillo) conviven perfectamente con las viejas estructuras; sin duda, cuando el proyecto se llevó a cabo se hizo un importante trabajo para integrar la nueva arquitectura con lo que quedaba de la antigua.

Los restos en ruinas existentes condicionaron la nueva construcción, pero el resultado final demuestra que se supo leer muy bien cómo debía planificarse la rehabilitación. Ahora es una delicia pasearse por la biblioteca o por el aulario y contemplar cómo lo viejo y lo nuevo dialogan en un mismo espacio. Por último, una impresionante terraza culmina el proyecto en su parte superior; desde allí se puede disfrutar de una sobrecogedora panorámica de los tejados madrileños de la zona.

Fotografía 03: Ricardo Ricote

Fotografías 06 y 08: R2hox

Fotografía 07: UNED