La Pradera de San Isidro es un parque situado al oeste del río Manzanares que funciona como punto de encuentro para los madrileños en las fiestas de San Isidro.

Sin duda, se trata de una de las zonas verdes más queridas por los madrileños, ya que es el entorno donde se celebran las fiestas de San Isidro a mediados del mes de mayo.

Es entonces cuando la Pradera de San Isidro se llena de chulapos y chulapas con mantones de manila y claveles, de puestos de limonada, bocadillos, gallinejas, entresijos y las famosas rosquillas, tontas y listas. Pero, ¿cómo era la Pradera de San Isidro hace muchos años?

Afortunadamente, la tradición de las verbenas y los bailes castizos es algo que no se ha perdido en Madrid, pues tiene continuidad año tras año cuando llegan las fiestas patronales, pero ¿imaginas cómo eran estas fiestas si nos remontamos varias décadas en el tiempo?

¿Cómo era el pasado de la Pradera de San Isidro durante las fiestas de Madrid? Hoy lo averiguamos en nuestra sección Un Paseo por el Pasado después de que viajáramos al pasado de la calle de Leganitos. ¿Bailas un chotis con nosotros?

LIMONADA Y ROSQUILLAS EN EL DISTRITO DE CARABANCHEL
La Pradera de San Isidro pertenece al barrio de San Isidro, en el distrito de Carabanchel, y está ubicada en el número 74 del Paseo de la Ermita del Santo. Oficialmente fue constituido como parque en el año 1970.

Desde el comienzo fue concebido como lugar de esparcimiento para que los madrileños pudieran disfrutar al aire libre de las Fiestas de San Isidro, por lo que tiene un gran valor sentimental para todos los que han nacido en Madrid.

Además de diferentes paseos, fuentes ornamentales y multitud de árboles y jardines, el lugar cuenta con espacios pensados para realizar conciertos al aire libre.

Tanto a lo largo de la pradera como de las calles que se encuentran cerca, transcurre la famosa romería de San Isidro, donde los madrileños beben el agua del santo que se obtiene de un manantial cercano a la Ermita de San Isidro.

Por supuesto, también beben la famosa limonada madrileña, que se fabrica con vino, limón, azúcar y trozos de fruta. Fue allá por el año 1619 cuando Paulo V beatificó a San Isidro Labrador (al cual se le atribuyen más de 400 milagros) y cuando se estableció el día 15 de mayo para conmemorar al santo. A partir del siglo XIX los madrileños empezaron festejarlo, rindiéndole devoción al santo y celebrando sus fiestas patronales.

UNA ESTAMPA DE GOYA PARA LA HISTORIA
La Pradera de San Isidro fue inmortalizada por el genial Francisco de Goya en el año 1788. En realidad, la obra es un boceto para una serie de tapices que iban a ser colocados en el dormitorio de las infantas del Palacio del Pardo, pero con la muerte de Carlos III finalmente el proyecto quedó inconcluso. De él sólo se conserva el apunte de Goya, que supone un testimonio de incalculable valor para conocer cómo disfrutaban los madrileños de un día festivo en el campo a finales del siglo XVIII. El cuadro capta una escena de campo situada en los alrededores de la Ermita de San Isidro, y a diferencia de casi todas las obras del pintor aragonés el paisaje está representado con detalle, por lo que podemos saber con exactitud cómo era una merienda campestre en aquellos tiempos.

¿SABÍAS QUÉ…?
El término chulapo originariamente se utilizaba para nombrar a los vecinos del barrio de Maravillas (hoy en día, Malasaña), que solían destacar por su elegancia al vestir y su chulería en el habla y en las formas. Por su parte, los que acudían a la fiestas de San Isidro desde el barrio de Lavapiés eran conocidos como Manolos.
Imagen 06: Alfonso
Imágenes 07 y 08: Manuel Urech