Mantener una vivienda es fundamental, no sólo para cuidar de la salud de nuestra vivienda, sino para cuidar también de nuestra propia salud. Si una casa no se cuida y no se mejoran algunos detalles, como por ejemplo los que se refieren a su aislamiento, es inevitable que la casa se deteriore con el paso de los años, lo cual repercute directamente en la salud de sus ocupantes. Siguiendo con nuestro ejemplo, una casa que no cuenta con un buen aislamiento térmico es susceptible de tener humedades en las paredes, lo cual además de poner en riesgo la salud de la vivienda puede afectar directamente a la salud de sus ocupantes.

Por otro lado, actualizar una vivienda resulta necesario para que no se quede obsoleta con el paso del tiempo. Cuando van transcurriendo los años algunas instalaciones de la casa como la electricidad o la fontanería ya no funcionan igual; es entonces cuando debe acometerse una reforma para modernizarlas y mejorarlas. En este blog ya hemos dicho que reformar una casa es revalorizarla; se calcula que la antigüedad media de una vivienda usada que está en el mercado español es de 40 años. Indiscutiblemente, al comprar viviendas de esta antigüedad será necesario reformarlas, pero no hace falta que una casa sea tan antigua para hacer una reforma; si observamos que nuestra vivienda podría ser más eficiente y mejorar notablemente sus prestaciones mediante una reforma, debemos hacerla. Conviene tener en cuenta que al reformar una casa estaremos revalorizándola: basta el dato de que una vivienda de segunda mano aumenta su valor de mercado un 24% después de una reforma.

FACTORES DE RIESGO PARA LA SALUD Y LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA COCINA

En España no estamos muy acostumbrados a dedicarnos al mantenimiento de nuestras viviendas, algo que sí ocurre con otros países de Europa como Alemania, Holanda o Bélgica, por poner algunos ejemplos. Hay un dato bastante esclarecedor que dice que en España el 55% de las viviendas se construyeron antes de 1980. Traducido en cifras sería alrededor de unos 10 millones de viviendas, casi todas ellas con deficiencias en cuanto a su aislamiento térmico se refiere. Si en estas viviendas no se realizan labores de mantenimiento, es inevitable que se produzcan desperfectos con el paso de los años, los cuales pueden terminar afectando a la salud sus ocupantes. Según el Observatorio 2030 del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, alrededor del 30% de las viviendas europeas tienen deficiencias en el aislamiento que provocan ruidos procedentes del exterior,lo cual puede generar situaciones de estrés para sus ocupantes; un 20% no tienen un aislamiento lo suficientemente bueno como para proteger del calor en verano; un 15% tienen humedades, goteras o elementos estructurales deteriorados; y un 13% no están lo suficientemente aisladas para el frío del invierno.

Estas deficiencias provocan que con el paso de los años se acumulen factores de riesgo para la salud, lo cual termina teniendo un impacto, tanto físico como emocional, en la vida de sus ocupantes. Además de todo lo dicho queremos recalcar la importancia que tiene la cocina en una vivienda, pues se trata de una zona diferencial de la casa, no sólo como espacio para cocinar o comer, sino como lugar de encuentro entre la familia y los amigos. Es muy necesario optimizar el espacio de la cocina para poder aprovecharlo de la mejor manera, bien sea para ubicar los electrodomésticos y almacenar los alimentos como para disponer de un lugar de reunión espacioso y agradable. Por todo ello, hay que tener muy en cuenta cuál es el estado de nuestra cocina y, en caso de que no cumpla con nuestras expectativas, mejorarlo. Podemos decir sin temor a equivocarnos que una cocina eficiente y moderna es uno de los pilares fundamentales de una vivienda del siglo XXI.

UNA GUÍA PARA PROLONGAR LA VIDA DE EDIFICIOS ENVEJECIDOS

En España existen una serie de normas técnicas que regulan la seguridad de los edificios, pero seguramente necesitarían ser revisadas y actualizadas, pues las más modernas datan del año 1976. Por otra parte, existe una guía para edificios construidos antes de 2006 que sirve para saber en qué estado se encuentra la vivienda y qué debe hacerse para conservarla. Se trata del Libro del Edificio Existente (LEE), que resulta una herramienta interesante para conocer la casa y saber cómo actuar para que dure lo máximo en las mejores condiciones posibles. Esta guía es obligatoria desde hace más de veinte años; tiene que realizarla el arquitecto después de construir el edificio y entregarla al promotor, que a su vez deberá entregarla a todos los usuarios finales de las viviendas. Sin duda, se trata de una ayuda importante para controlar la salud de la vivienda. No hay que olvidar que España presenta uno de los parques de viviendas más envejecidos de Europa; es por ello que un buen mantenimiento resulta crucial para prolongar la durabilidad de nuestros edificios y para que nuestra calidad de vida sea la mejor posible.

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