El Parque del Capricho es uno de los lugares de Madrid donde puede disfrutarse todo el esplendor y toda la belleza del otoño. El espectáculo que el parque ofrece en esta época del año justifica por sí solo su visita, con las hojas caídas de los árboles tiñendo de ocre y naranja el paseo y los verdes jardines del lugar. Pero este parque no es sólo para el otoño, cualquier estación del año es adecuada para acercarse hasta él. El último rincón de Madrid que habíamos elegido fue el Real Jardín Botánico; hoy nos movemos más al norte de la ciudad al encuentro del Parque del Capricho, una visita imprescindible.
LA JOYA DE LA DUQUESA DE OSUNA
El Parque del Capricho se sitúa en el barrio de Alameda de Osuna, al noreste de Madrid. Al igual que ocurre con la Quinta de los Molinos o el Jardín de la Fuente del Berro, este espacio verde es una de las joyas indiscutibles de la capital, un remanso de tranquilidad en armonía con un paisaje natural que cambia su color al paso de las cada estación.
Fue en el año 1839 cuando el parque por fin se terminó de construir, más de 50 años después de que se proyectase. La duquesa de Osuna ideó este proyecto, pensado inicialmente como lugar de encuentro entre las personalidades más importantes de la época. Así era: pintores, escritores, pensadores, toreros e intelectuales hicieron de este parque su auténtico lugar de encuentro.
EL PARQUE MÁS ROMÁNTICO
La superficie total del Capricho es de 14 hectáreas, y en el jardín podemos encontrar distintos estilos (jardín francés, paisaje inglés y giardino italiano). Se trata del único parque del Romanticismo que tenemos en Madrid.
Además de sus bonitos estanques destaca un laberinto de laurel (que aún conserva la estructura exacta con la que se ideó en tiempos de la duquesa), un palacete (el que correspondía a los duques), un salón de baile y hasta una pequeña ermita.
Asimismo, la plaza de los Emperadores, la plaza del Capricho o la fuente de los delfines son zonas y elementos muy característicos de este parque.
En general nosotros recomendaríamos entrar en él y recorrerlo sin un trazado preconcebido, tan sólo dejarse llevar, seguir el instinto de cada cual para ir descubriendo todos los rincones. El visitante quedará conmovido con el diálogo entre la naturaleza, las esculturas y la arquitectura del lugar.
UNAS TARDES DE CAPRICHO
Los fines de semana del Capricho tienen multitud de propuestas culturales: danza, música en directo, teatro… Todas tienen lugar en las llamadas tardes de capricho, que se realizan durante todo el año excepto en invierno.
Fotografías: M. Peinado
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