La parroquia de Santa Mónica, en Rivas Vaciamadrid, es uno de los edificios religiosos más singulares de la Comunidad de Madrid. Construida por el estudio de arquitectura Vicens y Ramos, se trata de una edificación moderna perfectamente integrada en el espacio urbano donde se encuentra. Esta parroquia demuestra que las nuevas tendencias arquitectónicas no tienen por qué estar reñidas con lugares de culto destinados a la oración. Precisamente éste fue uno de los propósitos del estudio de arquitectura cuando la construyó: situar en un espacio urbano un recinto de carácter espiritual adaptándose a la zona y con un estilo arquitectónico acorde a los nuevos tiempos.
La edificación comprende dos edificios diferenciados; uno con la iglesia y la capilla, jalonado por grandes pórticos de acero, y otro formado por una estructura de hormigón en la que se encuentran diferentes dependencias de la parroquia, además de la vivienda del sacerdote. La peculiaridad del edificio llama poderosamente la atención del paseante que se lo encuentra, pero además de su llamativo aspecto hay que destacar la importante colección de obras artísticas que hay en su interior (la más significativa de toda la Comunidad de Madrid). En ella conviven valiosas pinturas, esculturas y un precioso retablo de luz de oro. El último paseo que dimos en nuestra sección Rincones de Madrid fue por el Palacio de Longoria; hoy retomamos esta sección con la Parroquia de Santa Mónica, un edificio que no te dejará indiferente. ¿Quieres comprobarlo?
UN POCO DE HISTORIA
Para retroceder al origen de esta parroquia, habría que situarse en el año 1995. Entonces la comunidad religiosa asociada a ella inició su andadura en un centro comercial de Rivas Vaciamadrid; habría que esperar hasta el año 2003 para que se empezara a levantar el edificio que hoy conocemos.
Con un presupuesto que no llegaba a los dos millones de euros, los arquitectos Ignacio Vicens y José Antonio Ramos consiguieron desarrollar un proyecto arquitectónico que se adaptaba a las peculiaridades del estrecho solar en el que tenía que ser levantado. Los arquitectos optaron por levantar una estructura metálica que, en propias palabras de Vicens, “representa el contraste entre el óxido del mundo exterior y la pura luz interior”. El santuario se resolvió mediante una planta elíptica, y en el presbiterio destaca el imponente retablo que mencionábamos anteriormente y el sobrecogedor efecto que produce la luz natural al entrar en el recinto.
En el interior se alojan dos esculturas de más de dos metros de alto: una de la Virgen María y otra de Santa Mónica, realizadas ambas por el escultor Javier Viver. Coronando el altar existe una tercera escultura de un Cristo de bronce realizada por el escultor José Luis Sánchez. Otro espacio destacado es la capilla del Santísimo, realizada por el pintor José Manuel Ciria; una suerte de tríptico con imágenes de la Santísima Trinidad que constituye la única obra de carácter figurativo del artista.
UN LUGAR REFERENCIAL
Algo que nos parece muy reseñable de este proyecto arquitectónico es que fue planteado desde un inicio para integrarse en la ciudad y en el espacio urbano sin dejar de lado su carácter sacro. Esto nos parece algo fundamental, pues además de crear belleza la arquitectura moderna no debería olvidar su carácter funcional.
Así ocurre con esta parroquia, que por el contraste que genera respecto a las viviendas que la rodean enriquece el espacio urbano hasta convertirlo en algo referencial y distintivo de la ciudad.
¿SABÍAS QUÉ…?
En el año 2008 la prestigiosa revista británica de arquitectura y diseño Wallpaper otorgó a la Parroquia de Santa Mónica el premio a la mejor iglesia construida del año. Antes de eso la iglesia ya había sido portada en diferentes revistas especializadas de arquitectura en todo el mundo.
Imágenes 01, 02, 05, 06 y 07: Luis García
Imágenes 03 y 04: Gaeztulu