El Teatro María Guerrero es uno de los principales teatros de Madrid y, junto al Teatro Valle-Inclán, es la sede del Centro Dramático Nacional. El edificio del teatro es verdaderamente una maravilla, con una preciosa fachada y un interior muy cuidado y jalonado de abundantes motivos ornamentales. Hay que decir que el hierro es el material protagonista del inmueble, pues además de estar presente en muchos de sus elementos decorativos (como, por ejemplo, en los palcos), se utilizó para construir la estructura. El edificio tuvo que ser remodelado para poder sobrevivir, como veremos más adelante. Se da la circunstancia de que esta sede se encuentra muy cerca, prácticamente al lado, de la Fundación Mapfre Recoletos, otro ejemplo de cómo un edificio puede recuperarse por completo con un trabajo de rehabilitación, como pudimos ver en este blog. Hoy nos adentramos en uno de los principales teatros madrileños, el Teatro María Guerrero, dentro de nuestra sección Rehabilitar es Habitar. ¿Vienes con nosotros?

UN TEATRO DE GRANDES AUTORES

El Teatro María Guerrero fue inaugurado en 1885 como Teatro de la Princesa. Lo mandó construir el Marqués de Monasterio con la idea de levantar el teatro más distinguido de España. De hecho, el marques pretendía que el teatro estuviera reservado para las clases más pudientes; tanto fue así que el recinto se construyó sin localidades baratas para que sólo la aristocracia tuviera acceso a él. Sin embargo, esta idea apenas se sostuvo unas semanas, pues al poco de ser inaugurado falleció el rey Alfonso XII, lo cual originó que la aristocracia madrileña perdiera parte de sus privilegios, y el lugar dejó de ser accesible para unos pocos. Fue en el año 1908 cuando la actriz María Guerrero y su marido Díaz de Mendoza compraron el local, y se abrió una etapa de esplendor para el teatro. Importantes figuras de nuestras letras, como Pérez Galdós, Valle-Inclán o Jacinto Benavente estrenaron en él sus obras. Después de la muerte de la actriz, durante la dictadura de Primo de Rivera, el teatro se usó como sede del Conservatorio de Música y Declamación, y fue en el año 1931 cuando el Ayuntamiento de Madrid decidió cambiar su nombre para llamarlo Teatro María Guerrero, en homenaje a la actriz y empresaria. Más adelante funcionó durante unos años como escuela de arte y fue desocupado en la Guerra Civil, hasta que en el año 1940 obtuvo la condición de Teatro Nacional. Habría que esperar hasta el año 1978 para que el edificio fuera considerado sede del Centro Dramático Nacional.

UNA EXHAUSTIVA REHABILITACIÓN

El 1 de marzo de 1996 el teatro fue declarado Bien de Interés Cultural, pero habían transcurrido muchos años desde su construcción, por lo que fue necesaria una exhaustiva rehabilitación del edificio. Ésta se llevó a cabo durante tres años, desde el verano de 2000 hasta el verano de 2003, pues fue necesario emplearse a fondo para poder poner a punto el espacio. Y es que una plaga de termitas había deteriorado parte de la estructura del edificio, que tuvo que ser restaurada.

También se rehabilitó el patio de butacas y se recuperaron elementos arquitectónicos que habían desaparecido con el paso de los años. Finalmente, la capacidad del aforo del teatro quedó en 550 personas. Una de los cambios más notorios que se llevaron a cabo durante la restauración fue utilizar el espacio de la cafetería para crear una nueva sala, que tomó el nombre de Sala de la Princesa, en recuerdo al anterior nombre del teatro. En ella se llevan a cabo representaciones para espectáculos reducidos, con no más de 80 personas.

¿SABÍAS QUÉ…?

El estreno del teatro, el 15 de octubre de 1885, fue un acto lleno de pompa y colorido, con lo más granado de la sociedad madrileña del momento. Entonces coincidieron en el teatro una reina y una destronada: María Cristina e Isabel II.

Fotografía 01: Luis García

Fotografía 02: Álex Pascual Guardia

Fotografías 03 y 04: Centro Dramático Nacional