El mercado inmobiliario ha ido con calma en el primer semestre del año. La venta de viviendas en 2023 sigue arrojando buenas cifras, pero inferiores a las que se produjeron en 2022, lo cual es normal si nos atenemos a lo que vaticinaban los expertos. Hay que tener en cuenta que tanto la subida de los tipos de interés como la del euríbor y, por consiguiente, la de las hipotecas, han influido decisivamente para que se produzca un descenso en las operaciones, algo que todos los expertos del sector inmobiliario esperaban. No obstante, no se trata de un descenso acusado. Para ejemplificarlo con cifras, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en España se vendieron 315.783 casas en el primer semestre de 2023, lo cual supone un 4,5% menos de las ventas registradas en 2022. Pero no podemos obviar que el año pasado no fue un año cualquiera, pues la compraventa de vivienda casi alcanzó las 650.000 operaciones (la mejor cifra en 15 años): era lógico que este año se produjera un descenso. Con eso y con todo, se trata de una buena primera mitad de año, como lo demuestra el hecho de que desde 2008 sólo se ha superado dos veces la cifra de las 300.000 casas vendidas en la primera mitad del año, y ha sido en 2022 y 2023.

¿QUÉ PASARÁ A FINAL DE AÑO?

Este buen ritmo de las operaciones en el primer semestre del año ha superado los pronósticos de muchos analistas, que esperaban cifras peores. ¿Qué ocurrirá cuando termine el año? Algunos expertos pronostican una caída del 10% respecto a los datos de 2022, sin embargo hay analistas más pesimistas que opinan que la subida de los tipos de interés tendrá un efecto más negativo en la compraventa de inmuebles, y según ellos la caída podría ser superior al 20%. Sea como fuere, sí que parece existir un consenso respecto a una desaceleración en el mercado inmobiliario durante los próximos meses. Una pista de ello podrían ser los datos de los registros de la propiedad en el primer semestre del año, con un descenso casi del 13%. Es un dato relevante, pues las cifras de los registros de la propiedad normalmente suelen anticipar las de la compraventa. Los expertos en materia inmobiliaria creen que se ha producido una ralentización en las operaciones: ahora se tarda el doble en cerrar una operación en comparación con el año pasado. Sin embargo, la demanda sigue siendo alta, lo cual es significativo si tenemos en cuenta que el euríbor está por encima del 4%. Considerando que la subida que han tenido las hipotecas en apenas un año ha sido espectacular, es llamativo que el mercado inmobiliario no se haya resentido más en este primer semestre de 2023. En este sentido, los precios tampoco se están resintiendo, pues no han caído significativamente, algo que no ocurre en países como Inglaterra, Alemania o Francia, y fuera de Europa en países como China o Estados Unidos, pues en todos ellos el precio de la vivienda ha bajado considerablemente.

EL ETERNO PROBLEMA DE LA OBRA NUEVA

Según las previsiones de los analistas, las casas de obra nueva subirán más de un 5% de aquí a final de año, mientras que las de segunda mano lo harán algo más del 0,5%. Hace unos meses ya dijimos en este blog que las casas de obra nueva en Madrid cada vez eran más demandadas, lo cual estaba provocando una subida de precios. Ese desequilibrio entre la gran demanda existente y la escasa oferta es extrapolable al ámbito nacional. Y esto supone un quebradero de cabeza para los promotores, pues la posibilidad de construir nuevas viviendas es muy reducida. La inflación que estamos viviendo no ayuda: los materiales escasean y los precios se han disparado, lo cual ha contribuido a que la oferta de obra nueva apenas haya cambiado y a que los precios sigan subiendo. Veremos si con el tiempo se puede encontrar la fórmula para construir casas nuevas.

Imagen 01: 8photo

Imagen 02: freepik