El Palacio de Linares es un edificio señorial ubicado en pleno corazón de Madrid que, gracias a su restauración, hoy funciona como la Casa de América. En su día ya hablamos en este blog de los palacetes de Madrid, unas edificaciones que son sin duda seña de identidad en la capital, y que nos sirven para saber cómo vivía la aristocracia madrileña siglos atrás.

Un ejemplo de los palacios más fastuosos que pueden verse hoy en Madrid es el Palacio de Linares, y una de las cosas que más nos gusta de él es que es un edificio rehabilitado, y que gracias a un importante trabajo de restauración ahora tiene una segunda vida. ¿Cuál es la historia de este magnífico edificio y de su ambiciosa restauración? Hoy la desgranamos en nuestra sección Rehabilitar es Habitar, que habíamos dejado después de visitar el Museo Reina Sofía.

UN EDIFICIO DESLUMBRANTE
El Palacio de Linares se sitúa entre el Paseo de Recoletos y la calle Alcalá, en plena Plaza de Cibeles, justo al lado del Palacio de Cibeles y el Instituto Cervantes, dos edificios rehabilitados de los cuales ya hablamos en este blog.

Fue en 1877 cuando los Marqueses de Linares encargan la construcción del Palacio de Linares al arquitecto Carlos Colubí, pero el edificio no estaría terminado hasta el año 1900. Para la decoración del lugar los marqueses no escatimaron en gastos, y consiguieron que su residencia fuera una de las más impresionantes, sino la que más, de aquel Madrid de principios de siglo. Basta con observar la calidad de sus materiales (mármoles, maderas, telas, tapices, pinturas…) para darse cuenta de que nos encontramos ante un inmueble único y deslumbrante en la capital.

En total son cuatro pisos los que tiene el palacio, más un subsótano, las caballerizas y el jardín. Una curiosidad es que el edificio cuenta con galerías ocultas que lo comunican con otros edificios de la zona. Sólo nombrar todas las dependencias del palacio nos ocuparía un espacio larguísimo. Entre salones, baños y dormitorios encontramos salas y antesalas, galerías y despachos, una biblioteca, una sala de billar, un salón de baile, y hasta una capilla. El lugar es monumental y fastuoso, y su impresionante decoración está inspirada en los estilos más lujosos de la época (Luis XV, Luis XVI y Rococó, entre otros). Tras pasar por diferentes dueños, el palacio quedó medio derruido tras la Guerra Civil, pero en 1976 fue declarado Monumento Histórico Artístico, lo cual permitió su supervivencia.

UNA SEGUNDA VIDA
Después de una trabajosa y larga restauración llevada a cabo por Carlos Puentes Fernández, en 1992 se reabre el Palacio de Linares, decidiéndose que el inmueble albergue en su interior la Casa de América. Éste es un espacio cultural destinado a unir lazos entre España y América a través de conferencias, exposiciones, proyecciones cinematográficas o coloquios, entre otros muchos actos.

Gracias a esta segunda vida, el Palacio de Linares es hoy en día un edificio despierto, que forma parte de la vida actual de Madrid. Por último, es imposible escribir un artículo sobre el Palacio de Linares sin mencionar la famosa historia del fantasma de Raimundita, que según la leyenda vaga cada noche por sus dependencias.

¿SABÍAS QUÉ…?
En 1981, cuando el palacio todavía estaba cerrado, el genial director de cine Luis García Berlanga rodó entre sus destartaladas dependencias su película Patrimonio Nacional. En la película puede observarse el grado de abandono al que había llegado el inmueble, por suerte recuperado unos años después.
Fotografía 01: Carlos Delgado
Fotografía 02: Ricardo Ricote
Fotografía 03: Mr Tickle
Fotografía 04: Jacinta Lluch Valero
Fotografía 05: losmininos
Fotografía 06: Emilio García
Fotografía 07: José Carlos Cortizo Pérez
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