El Registro de la Propiedad

Registro de la Propiedad

La inscripción de una casa en el Registro de la Propiedad sirve para acreditar oficialmente su titularidad, y aunque no es un trámite obligatorio sí que es conveniente hacerlo para disponer de algunas ventajas. La ventaja más importante es que se dispone de muchas más garantías jurídicas en caso de que ocurra algún problema con el inmueble (sobre todo si éste implica la comparecencia en tribunales). Asimismo, inscribir una vivienda en el Registro de la Propiedad agiliza trámites cuando se quieren hacer operaciones de venta o arrendamiento con la casa. También hay que tener en cuenta que, una vez realizada la gestión, ésta no habrá que renovarla pues no tiene caducidad.

Registro de la Propiedad

VISITAR EL REGISTRO ANTES DE COMPRAR

Como hemos dicho, la ley no obliga al comprador a inscribir un inmueble en el Registro de la Propiedad. Además, hacerlo tiene un coste (su importe varía en función de las características de la vivienda), pero cualquiera que compre una casa debería plantearse inscribirla en el Registro. Existen multitud de situaciones inesperadas referentes a un inmueble en las que puede ser muy importante disponer de cobertura jurídica: sin ir más lejos, imaginemos que un vendedor de un piso tiene deudas pendientes; si el comprador desconoce este hecho y compra la casa, pasará a heredar todas las deudas que tuviera el propietario. Esta desagradable situación se evitaría si, antes de formalizar la compra, se visita el Registro de la Propiedad, ya que allí el comprador sería informado de cuál es la situación legal del inmueble.

Registro de la Propiedad

LEGÍTIMO PROPIETARIO

Una vez realizado el trámite de inscribir el piso en el Registro, el comprador de la casa pasará a ser reconocido oficialmente como propietario de la misma. Esto es algo importante, porque supone que nadie más que el propietario podrá tener derechos o ventajas sobre la vivienda. Hay que tener en cuenta que si la persona que vende el inmueble sigue reconocida como propietaria todavía podría ejercer derechos sobre él, como por ejemplo hipotecarlo a espaldas de su nuevo comprador. Y es que, efectivamente, para hipotecar una vivienda es imprescindible que ésta se encuentre inscrita en el Registro de la Propiedad. Otra circunstancia importante es la de la herencia: la persona que vaya a heredar un inmueble ahorrará muchos dolores de cabeza si su anterior propietario formalizó su inscripción en el Registro de la Propiedad (también para el propietario resultará mucho más sencillo formalizar la herencia si antes la ha registrado). Si no es así, la persona que hereda la casa deberá demostrar que aquél que se la dejó en herencia era su legítimo propietario, lo cual supondrá complicaciones burocráticas. Para vender el inmueble ocurre algo parecido: ser reconocido en el Registro como propietario agiliza mucho los trámites.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.