El Feng Shui es una técnica milenaria china que busca la ordenación del espacio para que sus ocupantes vivan en bienestar y armonía. Según esta antigua práctica china, decorar un espacio no sólo es embellecerlo; es crear el ambiente más agradable posible para que las personas que viven en él disfruten al máximo. También es organizarlo de la mejor manera para que cualquier actividad que haya que hacer en su interior resulte lo más cómoda posible. Por lo tanto, el Feng Shui propone ordenar nuestro espacio y a la vez ordenar nuestra vida, siempre a través de un proceso de cambio.
En contra de lo que podría pensarse, se trata de una técnica mucho más usada en el mundo occidental de lo que parece. Como muestra basta decir que el mismísimo Donald Trump ha reconocido en más de una ocasión que practica Feng Shui en sus propiedades inmobiliarias, al considerar que el Feng Shui le proporciona ventajas sobre sus competidores y que, en definitiva, practicarlo le produce dinero. Dentro de nuestro país, importantes empresas ya reconocen usarlo, e incluso algún equipo de fútbol, como es el caso del Girona, ha contratado los servicios de una empresa que aplica Feng Shui en los inmuebles de sus clientes. Nuestro último artículo de decoración hablaba de los diferentes suelos que pueden ponerse en una casa; hoy vamos a hablar del Feng Shui, una técnica que seguro te sorprenderá si no la conoces.
ALGUNAS REGLAS BÁSICAS
Existen una serie de reglas básicas del Feng Shui que pueden servir para familiarizarse con él, pues son muy representativas de su filosofía. La primera sería evitar el desorden, por encima de cualquier cosa. La energía vital que fluye en una casa es clave para el Feng Shui, por eso cuanto más ordenada y limpia se encuentre la casa, mayor será esta energía. Traducido a ejemplos prácticos podemos decir que en el dormitorio el cabecero de una cama debe apoyarse en una pared sin ventanas y donde no esté la puerta de la estancia. Según el Feng Shui el respaldo de la cama está relacionado con la seguridad de nuestra vida y el apoyo de nuestra familia. Debe evitarse también que la cama quede en línea recta con la entrada de la habitación o del baño, y que se sitúe debajo de un techo con vigas visibles o de ventiladores, pues ambos son elementos que perturban el descanso.
Otra norma interesante es que deben reducirse al máximo los dispositivos electrónicos cerca de nuestro dormitorio, debido a que las ondas que emiten dificultan nuestra relajación y nuestro descanso. En la cocina deberemos tratar de agrupar los elementos de calor a un lado y los de limpieza a otro para equilibrar el espacio, pues los elementos de agua y los de fuego son opuestos y no deben mezclarse. En el salón deberá vigilarse muy especialmente la iluminación, pues ésta también ayuda a equilibrar una estancia. Al igual que ocurría con el cabecero de la cama, el sofá deberá ir apoyado a la pared. Respecto a los baños, la tapa del water siempre debe cerrarse, y los objetos que se guarden en el baño es importante que estén relacionados con la limpieza (si en el baño se guardan medicamentes, deben quedar ocultos). Para purificar el ambiente pueden usarse plantas y velas aromáticas.
ENERGÍA CAMBIANTE, DECORACIÓN CAMBIANTE
El Feng Shui recomienda que para comer se use siempre el comedor, aunque se disponga de otro sitio donde poder comer, como por ejemplo la cocina. La comunicación durante la comida es importante; para ello una mesa redonda es muy adecuada, pues todos los comensales estarán situados en igualdad de condiciones (algo que no ocurre en mesas rectangulares). En el salón, los muebles no deben enfrentarse; unos sillones en forma de L serán perfectos para que la energía fluya. Es importante que las personas que estén sentadas vean siempre quién entra y sale en la casa. Debe evitarse colocar espejos enfrente de la puerta principal, pues según el Feng Shui se produciría un efecto rebote con la energía que traigamos de la calle y no entrará dentro de casa. La entrada principal debe estar despejada y ser armónica; decorarla con algunas plantas puede ayudar a crear buena impresión para quien entre en casa. Por último, hay que decir que la energía es cambiante, por lo que la decoración de un hogar debe actualizarse y renovarse con cierta frecuencia. No olvidemos que la naturaleza se renueva cada año. ¡Ah, y una cosa más! Si tenemos muebles que casi no usamos o nos traigan un mal recuerdo, es mejor desprendernos de ellos regalándolos.