El Instituto del Patrimonio Cultural de España es uno de los edificios más llamativos e interesantes que pueden verse en Madrid. Popularmente conocido como la “Corona de espinas” debido a los pináculos que lo rodean, esta curiosa construcción está situada en la zona de Ciudad Universitaria, concretamente en la calle Pintor el Greco número 4, y es de visita obligada para cualquier aficionado a la arquitectura.

Y es que el Instituto del Patrimonio Cultural de España está considerado uno de los ejemplos más singulares e interesantes de arquitectura moderna que tenemos en España (algunos ven en él un anticipo al postmodernismo). Basta con observar desde la calle su característica estructura para intuir que el edificio se concibió como un espacio abierto y dialogante con su entorno. Cuando el espectador se encuentra ante este edificio de forma circular queda sorprendido por sus dimensiones y aspecto: es evidente que no se trata de un lugar más de Madrid. Hoy lo hemos elegido para suceder al Museo Cerralbo en nuestra sección Lugares con Mucha Historia. Te invitamos a conocerlo mejor.

EL HORMIGÓN, PROTAGONISTA

Corría el año 1965 cuando los arquitectos Fernando Higueras y Antonio Miró dieron forma a un proyecto que había obtenido el Premio Nacional de Arquitectura cuatro años atrás (si bien entonces los artífices del mismo fueron Fernando Higueras y Rafael Moneo). El proyecto se remodeló después para materializar el Instituto del Patrimonio Cultural de España.

En la zona de Ciudad Universitaria, como hemos dicho, se levantó un edificio de planta circular de 40 m de radio y 4 alturas diferentes, todo ello construido con hormigón armado. El edificio se estructura a través de anillos concéntricos gracias al hormigón, que se muestra desnudo, sin ningún otro material que lo adorne. Precisamente por ello el inmueble presenta un aspecto sólido y robusto, pero gracias a la vegetación que hay en el interior, esa robustez se suaviza.

La arquitectura y la naturaleza conviven, lo cual convierte el sitio en un lugar agradable y habitable. Y el edificio no pasa desapercibido, pues debido a sus grandes pináculos recuerda a una corona de espinas (algo que sirvió a los madrileños para dar nombre al lugar). En el año 1970, cuando las obras ya se encontraban muy avanzadas, el proyecto se paralizó; tendrían que pasar 13 años hasta que por fin se retomara (en 1983). Finalmente quedó terminado en 1988.

UNA CATEDRAL MODERNA

Cuando se visita el Instituto del Patrimonio Cultural de España uno tiene la impresión de hallarse ante una catedral del S. XX. Esta sensación todavía se incrementa más cuando, desde el interior del recinto, el visitante alza la vista y contempla la cúpula que remata la estructura.

Las dimensiones de la obra son monumentales, prueba de ello es lo pequeña que parece la escultura de una persona a tamaño real que se encuentra a la entrada del recinto. Con aires de catedral moderna, el lugar fue construido como Centro de Restauraciones Artísticas, si bien hoy funciona como sede para conservar el Patrimonio Histórico Español.

Además, allí acuden numerosos investigadores y científicos para consultar la gran biblioteca especializada en Patrimonio Histórico que se aloja en el interior. En el año 2001 el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural.

¿SABÍAS QUÉ…?

El lugar ha servido de plató para el rodaje de algunas películas españolas, como Salsa Rosa, Airbag o La Tabla de Flandes. También se rodaron allí secuencias de la película La piel que habito de Pedro Almodóvar (estas últimas rodadas en la biblioteca).

Fotografías 01, 04, 05, 06 y 07: Carlos Teixidor Cadenas

Fotografías 02, 03 y 08: Luis García