Las viviendas unifamiliares ganan protagonismo en el mercado inmobiliario a consecuencia de la pandemia. El coronavirus ha trastocado nuestras vidas, y además de producir cambios a nivel sanitario, económico y laboral, también ha cambiado el perfil del comprador de vivienda. Hace unas semanas ya dijimos en este blog que el comprador de vivienda de lujo ha cambiado, pero los cambios que ha habido en el mundo de la vivienda no sólo se han reducido a los clientes de propiedades de alto standing. Cuando decíamos que el confinamiento estaba siendo responsable de que tomase forma un nuevo modelo de vivienda ya nos hacíamos eco de esa tendencia que gana peso día a día en el comprador de vivienda mediante la cual ya no se persigue con tanto ahínco el centro de las grandes ciudades. El teletrabajo ha abierto un abanico de posibilidades que hace unos meses no existía, y ya no es tan necesario disponer de un inmueble en el centro de una gran ciudad. Ahora es posible trabajar desde casa, lo cual ha beneficiado muchísimo a las viviendas unifamiliares, que cada vez son más demandadas para poder disponer de un espacio que antes no se tenía.

UN INCREMENTO EXPONENCIAL
Hay veces en las que la vida hace que veamos las cosas de otro modo, seguramente porque antes ni siquiera nos habíamos parado a pensar en ellas. Esto ha ocurrido con muchos compradores de vivienda que, después de recibir la noticia de que podían trabajar desde casa, se han dado cuenta de que el espacio del que disponían en su hogar les resultaba insuficiente. Y es que la vorágine del día a día, con el desplazamiento de casa al trabajo y del trabajo a casa, además de todas las horas que pasaban en la oficina, no les dejaba pensar en el espacio del que disponían en su hogar. Ahora esto ha cambiado y una de las principales consecuencias que ha tenido este cambio es un incremento exponencial de la demanda de viviendas unifamiliares. Las terrazas se valoran todavía más que antes, así como las piscinas o zonas comunes, y al inversor de vivienda no le importa buscar piso fuera de la gran ciudad si con ello va a ganar en espacio y calidad de vida. Podemos decir que la irrupción del coronavirus también ha sacudido el mercado inmobiliario, y los chalets y viviendas adosadas han sido los grandes beneficiados de este cambio. El Consejo General del Notariado así lo ha manifestado al informar de una subida en las ventas de viviendas unifamiliares en España casi del 26% en el mes de septiembre y por encima del 13% en octubre respecto al año pasado. Se trata de un incremento más que notable si tenemos en cuenta que las viviendas unifamiliares hasta ahora eran un producto minoritario en el mercado residencial.

UN CAMBIO: ¿POR CUÁNTO TIEMPO?
Este cambio que se ha producido en el sector inmobiliario resulta indiscutible, pero ¿por cuánto tiempo se prolongará? ¿Qué ocurrirá cuando esta crisis sanitaria se supere definitivamente? Algunos expertos del sector inmobiliario catalogan el auge de las viviendas unifamiliares como una tendencia firme que puede durar por lo menos cinco años, lo cual evidenciaría que el gran interés que despiertan este tipo de inmuebles en el comprador de vivienda actual no parece una moda pasajera. Estos expertos afirman que la tendencia de buscar viviendas unifamiliares más espaciosas ya empezaba a fraguarse antes del coronavirus, pero el virus ha terminado por desatarlo todo y el proceso se ha acelerado. En este sentido, Madrid y Barcelona ya no son ciudades tan demandadas por el inversor, pues encontrar viviendas unifamiliares en nuestras dos grandes urbes resulta mucho más difícil que en otras ciudades. En cualquier caso, veremos cómo evoluciona todo cuando por fin dejemos atrás la pandemia.