Madrid en el siglo XIX era una ciudad muy diferente a la de hoy: contemplar imágenes de entonces nos permite asomarnos al pasado de la capital. ¿Cómo lucía el Palacio Real hace más de un siglo? ¿Qué ambiente se vivía en la Plaza de Oriente? ¿Qué estampa ofrecía un día cualquiera en la Puerta del Sol?
El poder mágico de la fotografía para capturar un momento y congelarlo para siempre, permite que cuando lo vemos muchos años después seamos conscientes de cuánto ha cambiado nuestra vida y nuestras costumbres. Así, gracias a la fotografía, ahora podemos saber cómo vivían los madrileños hace 125 años, porque en cierto modo la fotografía permite viajar al pasado.
En su momento ya pudimos zambullirnos en el Madrid de los años 50 gracias al gran fotógrafo Cas Oorthuys; entonces ya decíamos que contemplar sus fotografías era retroceder a 1955 para tomar conciencia de cómo vivían entonces los madrileños. Hoy retrocedemos mucho más atrás para viajar hasta finales del siglo XIX gracias a Hauser y Menet, una imprenta formada por dos grandes fotógrafos: Oscar Hauser Muller y Adolfo Menet Kurstiner.
HAUSER Y MENET, IMPRENTA CRONISTA DE UNA ÉPOCA
Hauser y Menet fue una imprenta española formada en Madrid en 1890 por los fotógrafos suizos Oscar Hauser Muller y Adolfo Menet Kurstiner. Esta imprenta (instalada inicialmente en la calle Desengaño, en pleno centro de Madrid) se dedicó a retratar estampas de diferentes ciudades españolas para ser reproducidas en postales y publicaciones de la época.
Para que nos hagamos una idea de la cantidad de trabajos que se imprimían en la imprenta, basta decir que en su momento de mayor esplendor (recién comenzado el siglo XX), Hauser y Menet llegó a producir hasta medio millón de postales al mes. Parte de este tesoro gráfico podemos compartirlo hoy en nuestro blog gracias a la Biblioteca Nacional.
Las imágenes que vemos están fechadas entre los años 1890 y 1892, y en todas ellas podemos contemplar diferentes escenas del Madrid de aquellos tiempos, algunas tan pintorescas como unos madrileños pasando el día en el Parque de San Isidro, o paseando por la calle de Alcalá y la plaza de Cibeles.
EL FIN DE UNA IMPRENTA MÍTICA
Hauser y Menet dejó de existir hace no demasiado: en el año 1996. Mucho antes, en 1919, Oscar Hauser tuvo que volver a Suiza por motivos de salud (fallecería meses después), quedando el negocio en exclusiva para Adolfo Menet, que lo dirigió hasta su muerte, en 1927.
Herederos de éste continuaron con la sociedad hasta que en 1979 la imprenta se declaraba en suspensión de pagos; entonces un plan de viabilidad evitó su desaparición, que se concretaría 27 años después. Entre otros clientes, Hauser y Menet trabajó con la Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante, las revistas Triunfo, ¡Hola! e Interviú.
Fotografías: Biblioteca Nacional