En España la vivienda vive un buen momento: la compraventa sigue en línea ascendente y aunque los precios han repuntado no deberíamos tener miedo a una nueva burbuja inmobiliaria. Los expertos en materia inmobiliaria coinciden al afirmar que actualmente no hay indicios que puedan hacer pensar que en nuestro país podría repetirse lo que vivimos en 2008, cuando nuestro sistema inmobiliario colapsó. El motivo de plantearse si esto podría ocurrir de nuevo en España es que hay otros países de Europa en los que actualmente sí que podría considerarse que existe ese riesgo. Los precios de inmuebles en la zona euro subieron bastante en el último trimestre de 2021 y se concedieron muchas hipotecas debido a los bajos tipos de interés, lo cual ha hecho saltar las alarmas. Se cree que en países del norte y el este de Europa sí que existe el riesgo de que su sistema inmobiliario pueda desbordarse, pero ¿deberíamos estar temerosos de que en España ocurra lo mismo? Como ya hemos dicho, los expertos opinan que no. El motivo principal es que en nuestro país la compraventa de vivienda actualmente no está basada en operaciones que podrían considerarse como especulativas, algo que sí ocurrió en el año 2008. Un dato que apoya esta afirmación es que en España las familias que compran casa destinan el 32% de su salario a la compra del inmueble, lo cual está dentro de lo que se considera como normal (se estima que hasta un 35% del salario es una cifra razonable). En 2008, cuando nuestro sistema inmobiliario colapsó, la cifra se acercaba al 45%: casi 13 puntos más.

FACTORES QUE DEBEN TENERSE EN CUENTA
El fantasma de una nueva burbuja inmobiliaria no es algo nuevo; hace unos años ya hablábamos de ello en nuestro blog. La situación que vivimos en 2008 nos pone casi en constante alerta para evitar que repitamos los mismos errores de entonces. Factores como la bajada de los tipos de interés, el desempleo o la inflación, sumados a los costes de producción o la disponibilidad de suelo para construir terminan siendo determinantes para que se genere el caldo de cultivo propicio que provoque un hundimiento del sistema inmobiliario. Si los precios de las casas suben desproporcionadamente a causa de estos factores se crea una burbuja que acaba resultando fatal, como pudimos ver en 2008. En aquellos tiempos en España llevábamos viviendo una subida de precios que se prolongó durante más de diez años (en muchos casos, subidas injustificadas). Pero podemos afirmar que los bancos tomaron nota de lo que pasó entonces, pues hoy en día estudian a conciencia la solvencia de quien solicita una hipoteca. Ya no ocurre como en aquellos días, cuando obtener un crédito hipotecario podía hacerlo prácticamente cualquiera.

LOS VISADOS: UNA DIFERENCIA NOTABLE
Es cierto que ahora vivimos un pequeño boom en nuestro sistema inmobiliario con el crecimiento de operaciones y la subida de precios, pero no deberíamos compararlo al que se produjo en los años de la burbuja. La pandemia paralizó el mercado por completo y el confinamiento provocó que las familias tuvieran capacidad de ahorro, lo cual propició el impulso con el que se ha reactivado todo. Una cifra que permite comparar la situación que vivimos ahora con la de la burbuja es la de los visados de obra nueva: en el año 2006 hubo 865.000 visados, mientras que se espera que en 2022 se alcancen en torno a los 100.000 (algunos hablan de unos 90.000). Esto supone un 12% de los visados que hubo entonces: es evidente que la producción desaforada de viviendas que había en aquellos días nada tiene que ver con la que hoy tenemos.
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