La vivienda vive tiempos de cambio y deberá asumir grandes retos para adaptarse a la evolución del mercado y dar respuesta a la demanda del inversor inmobiliario. Las nuevas tecnologías dominan el mundo y el sector inmobiliario ha tenido que saber adaptarse a esta nueva realidad a través de edificios inteligentes. Esta revolución digital que vivimos es imparable, y evoluciona a velocidad de vértigo. La vida cambia al ritmo que imponen estos tiempos modernos, y el mundo de la vivienda está obligado a actualizarse constantemente para no quedarse atrás. Es cierto que vivimos días de optimismo para la vivienda, pero también es verdad que estos nuevos tiempos exigen que la vivienda esté a la altura de los retos que se le presentarán. Y, ¿cuáles son esos retos? Uno ya lo hemos mencionado: adaptarse a las nuevas tecnologías para responder a las necesidades de un público que demanda viviendas del sigo XXI. Cuando hace unas semanas hablábamos en este blog del comprador millennial de vivienda de lujo, decíamos que se trata de un comprador que ha crecido con la tecnología y no concebía comprar una propiedad que no estuviera equipada con domótica. Se cree que hoy en día en España casi la mitad de las viviendas existentes cuentan con domótica integrada; el concepto de smart home ha llegado para quedarse, y será imprescindible que las viviendas españolas tengan la capacidad de incorporar los nuevos aparatos inteligentes que vayan saliendo al mercado.

UN COMPROMISO CON LA SOSTENIBILIDAD

Ya hemos hablado en este blog de las viviendas pasivas y de la importancia que tienen los certificados energéticos. Es indiscutible que hoy en día el mundo de la vivienda tiene un compromiso con la sostenibilidad, y así lo entiende el comprador, que cada vez demanda con más firmeza que el inmueble que va a comprar no perjudique al medioambiente. Nuestro sistema inmobiliario tiene que saber entender que la sociedad es sensible al impacto que los edificios generan en el planeta, por lo tanto debe asumir que la construcción de nuevas viviendas deberá apostar por la eficiencia energética recortando al máximo las emisiones de CO2, y produciendo la menor cantidad de residuos posible. Será imprescindible que los edificios cuenten con el uso de energías renovables y que sean inmuebles orientados a la sostenibilidad.

EL PROBLEMA DEL SUELO

Otro de los grandes retos que deberá afrontar la vivienda, sobre todo en grandes núcleos urbanos, es la falta de suelo para construir. En el centro de ciudades como Madrid o Barcelona es prácticamente imposible disponer de suelo finalista para construir, lo cual provoca que la obra nueva se desplace a barrios periféricos. Esto a su vez implica que el casco urbano de estas ciudades envejezca irremediablemente. La salida al mercado de suelo finalista parece la solución para resolver el problema, pero no es una solución fácil. Actualmente existen edificios abandonados en el centro de nuestras grandes ciudades que ocupan suelo donde podrían construirse edificios modernos, lo cual sería una forma de rejuvenecer estas urbes. En cualquier caso, es un problema que deberán resolver las administraciones correspondientes; un problema cuya resolución supone otro de los grandes retos de la vivienda, pues la demanda de obra nueva en el centro de nuestras grandes ciudades no ha dejado de crecer.

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