Símbolo del progreso y la modernidad, eje indiscutible de la zona financiera de la ciudad, el Paseo de la Castellana es una de las avenidas más importantes de Madrid. Rascacielos, oficinas, centros comerciales, bancos, edificios modernos: todos los encontramos a lo largo del Paseo de la Castellana, una arteria de más de seis kilómetros de longitud que en pleno siglo XXI define la zona ejecutiva madrileña. Pero esta importante calle ha cambiado muchísimo a lo largo de los años. Dando un paseo por ella nadie pensaría que antes allí había una zona de pastoreo con huertos, descampados, cultivos o arroyos. En el blog de Estate One después de haber recordado cómo era la Gran Vía volvemos a dar Un Paseo por el Pasado, esta vez para saber cómo era el Paseo de la Castellana.

DIVIDIENDO LA CIUDAD EN TRES

En 1860 la ciudad de Madrid se divide en tres zonas diferenciadas: casco antiguo, ensanche y extrarradio, y el Paseo de la Castellana se construye para unir esas tres zonas y atravesar Madrid de norte a sur.

En un principio la avenida se llamó Paseo de las Delicias de la Princesa y su nacimiento tuvo origen a finales del S. XIX debido a la pujanza de la aristocracia financiera. Ésta residía en el extrarradio de la ciudad, muy lejos del centro urbano: allí es donde comienza a construirse la gran avenida, paralela a casas nobles y palacios. Muchos de esos palacios disponían de zonas traseras con cuadras y caballerizas; hoy en día están reconvertidos en organismos oficiales y financieros. Para ser conscientes de lo que ha cambiado Madrid desde entonces basta pensar que el Paseo de la Castellana discurría por las afueras de la ciudad.

DE HIPÓDROMO DE CARRERAS A NUEVOS MINISTERIOS

Debido a la creciente afición de la burguesía madrileña por las carreras de caballos en 1878 se construye el Hipódromo de la Castellana. Allí se daba cita la clase más pudiente de Madrid, mostrando en sociedad sus mejores galas.

En 1933 se derriba el hipódromo para ampliar el Paseo de la Castellana hacia el norte y se construye un complejo para las dependencias ministeriales con un enlace ferroviario subterráneo. Es lo que hoy conocemos como Nuevos Ministerios, la estación más moderna de Madrid hasta la fecha. Su construcción tuvo que pararse con la Guerra Civil y fue terminada en 1942.

Esto marcó un punto de inflexión para la ciudad, pues desde entonces la Castellana siguió prolongándose hacia el norte y Madrid continuó creciendo en torno a la gran avenida. En ella se destina una zona comercial (AZCA y Palacio de Congresos), otra zona con viviendas, y una tercera zona para la iniciativa privada. En medio se construye el estadio Santiago Bernabeu (que tuvo tres ampliaciones, pues se quedaba pequeño para dar cabida a la demanda de aficionados que seguían el fútbol).

AZCA fue inspirado por el Rockefeller Center de Nueva York y su primer edificio fue el del Corte Inglés. Hoy en día cuesta creer que la zona de AZCA estuviera destinada antaño al pastoreo y las maniobras militares, pero así era. El tercer tramo de la Castellana llega hasta Plaza de Castilla, que era el lugar donde los tranvías daban la vuelta, pues allí terminaba la ciudad.

Fue en los años 70 cuando se construyeron los primeros rascacielos de la zona. Actualmente el Paseo de la Castellana tiene seis carriles centrales y cuatro laterales, más de 100 edificios de oficinas y 285.000 personas la recorren cada día.

UN HOTEL CON MUCHO GLAMOUR

En el número 2 de la Castellana se encuentra el hotel Gran Meliá Fénix. Inaugurado en 1953, fue el preferido de grandes estrellas de cine como Rita Hayworth, Cary Grant o Gloria Swanson, y en 1965 se alojaron en él los Beatles.

Fotografías 01, 02 y 03: Madrid Antiguo

Fotografías 04, 05 y 06: Urbanicidades

Fotografía 07: Telemadrid

Fotografía 08: Álvaro Ibáñez