El color rojo es uno de los colores con más personalidad que existen y en el mundo de la decoración su uso puede cambiar un ambiente de forma muy notable. Precisamente por la fuerza que tiene y la intensidad que transmite, durante años se consideró un color casi prohibido, o al menos poco apropiado para el interiorismo, y en muy raras ocasiones podía verse en las estancias de los hogares. Estos clichés se han ido dejando atrás con el paso del tiempo y hoy en día sí que podemos encontrarnos el color rojo en el ambiente de muchos hogares. Nosotros vamos a sugerir cómo usar la fuerza de este color para potenciar espacios, pero siempre en su justa medida para que no nos cansemos de él.
ALEGRANDO UN AMBIENTE
Si el color rojo se ha asociado siempre a la pasión es porque hay algo de él que conecta en una manera especial con nuestros sentidos. El rojo transmite vigor, energía, personalidad; por eso debemos usarlo con cuidado para no saturar demasiado un ambiente.
Un toque de color rojo consigue que un espacio sea más cálido y alegre; el rojo puede ser un magnífico estimulante en la vivienda de personas que tienden a la tristeza. Utilizar el rojo en el salón o en la cocina, bien a través de una pared, un mueble, o algún complemento (como una alfombra o una lámpara) ayudará a realzar un ambiente y hacerlo más vivo. El color rojo también ayudará a que un espacio transmita positividad: incluirlo en nuestro hogar puede ser un buen comienzo para tener otra actitud ante la vida y sentirnos más optimistas.
CONTRARRESTANDO SU FUERZA
Una manera inteligente de utilizar el color rojo en una vivienda es combinándolo con colores suaves o neutros para atenuar su excesivo protagonismo. El blanco sería un color perfecto para ello, también los grises suaves o los colores tostados. Por el contrario, un color opuesto como el negro también combinaría muy bien para detalles o zonas concretas de la casa. En general se trata de buscar un equilibrio para evitar que el espacio resulte demasiado cargante a causa del color rojo.
EL TONO CAMBIA EL AMBIENTE
El tono del color rojo resulta determinante a la hora de vestir un ambiente. Un color rojo intenso se asocia más a lo moderno, mientras que tonos más apagados (rosas, encarnados, salmón) remiten a ambientes más rústicos y tranquilos. En el caso de los tonos intensos el rojo aporta luminosidad (pues absorbe la luz), por lo que las estancias resultarán más vivas. Por este motivo, si se elige el rojo en lugares de descanso como el dormitorio, deberían usarse tonos apagados y discretos.
¿SABÍAS QUE…?
¿Sabías que en el Imperio Romano el rojo se asociaba al bienestar y a la riqueza? Por este motivo las clases más altas de la sociedad (emperadores y senadores) llevaban algún elemento de color rojo en su ropa. Si los romanos hacían esta asociación, por algo sería, ¿no?