Idoia Otegui lleva casi 20 años en el mundo de la arquitectura, y a pesar de su juventud ya ha conseguido importantes premios y reconocimientos por su labor como arquitecta. Idoia fundó el estudio de arquitectura PO2, aunque actualmente ejerce su profesión en solitario; hace poco dedicábamos en este blog un artículo al proyecto que Idoia llevó a cabo en una azotea de Chamberí, ahora queremos saber un poco más de su forma de trabajar y de su visión sobre la arquitectura. Hoy inauguramos sección en nuestro Blog, dulce blog: esta sección la hemos llamado Estate One Entrevista, y para nosotros es un placer comenzar la sección charlando con Idoia.
Hola Idoia, bienvenida al blog de Estate One. ¿Cuándo empezaste a interesarte en la arquitectura y por qué te atrajo esta profesión?
Pues la verdad es que empecé a interesarme una vez empezada la carrera. Yo quería hacer algo relacionado con el diseño, algo creativo, pero sin tener que estudiar 6 años más, y cuando tenía que empezar a estudiar me dijeron que al año siguiente empezaba la carrera de diseño industrial en Madrid (hasta entonces sólo había en Barcelona). Así que decidí meterme un año en arquitectura, con la idea de cambiarme luego, ¡pero me enamoré de la arquitectura! Y hasta hoy. A veces pienso que si me hubiera metido en cualquier creativa hoy no sería arquitecta.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La parte creativa, el proceso de creación de un proyecto, las primeras ideas y su desarrollo. Y también me gusta la obra: ¡de la obra me gusta hasta el olor! Y la lucha, hay que pelear mucho y ser muy duro para que las cosas salgan como quieres, pero es muy gratificante ver tus ideas construidas.
¿Cuál dirías que es la parte más ingrata?
Las normativas y el papeleo. Para desarrollar un proyecto y construirlo ahora mismo se invierte mucho más tiempo en cumplimentar normativas, memorias y miles de folios de documentación y requerimientos del ayuntamiento (y no exagero) que en desarrollar buenas ideas y espacios arquitectónicos para que la gente que los usa y los viva sean más felices.
¿Qué cualidades crees que debe tener un buen arquitecto?
¡Ahora mismo debe tener muchas! Creatividad, capacidad de trabajo, dominio de la técnica profesional, conocimientos legales, psicología y capacidad de escuchar al cliente, gestión de tiempo y de presupuestos, capacidad de dirigir un equipo en la parte de oficina y de los gremios en la obra, paciencia, mano izquierda, productividad… ¿Sigo? ¡Hay que ser un superhombre!
En nuestro blog dedicamos una sección a algunos edificios históricos de Madrid. Arquitectónicamente hablando, ¿cuáles son tus construcciones madrileñas preferidas?
Me gusta mucho el Edificio España, que está ahora de radiante actualidad y en el que viví 10 años, la torre BBVA de Oiza, el gimnasio del Colegio Maravillas de Sota, el Círculo de Bellas Artes, la calle Gran Vía, Caixa Forum…
Hay gente que piensa que Madrid es una ciudad invivible. Como arquitecta, ¿qué opinas al respecto?
No soy objetiva, me gusta mucho Madrid y soy muy urbanita, me encantan las grandes urbes… Y me encanta pasear por Madrid, me parece una ciudad muy amable, y fácil de vivir. Como arquitecta debo decir que lo que me gusta es el centro. Conforme nos vamos separando del centro la ciudad se va estropeando proporcionalmente. Lo que es invivible son las periferias, los ensanches y los Paus de finales del S.XX y del XXI.
¿Qué crees que necesitaría Madrid para ser una ciudad urbanísticamente más agradable?
La periferia y los PAUS (Proyectos de Arquitectura y Urbanismo) de Vallecas o Sanchinarro para mí son un auténtico desastre urbanístico. Es la no-ciudad y habría que mejorarlo todo. Si hablamos del centro, el problema más importante que le veo es el del tráfico, cómo conciliar el aumento del tráfico privado con el transporte público, las motos, las bicis, el turismo, el peatón, las mercancías… Ese ese el gran reto, y no es fácil, no vale con peatonalizar y prohibir el vehículo privado, es mucho más complejo.
Participaste en una exposición itinerante por todo el mundo bajo el título “MADRID, arquitectura 100%”. ¿En qué consistía la exposición?
Consistía en difundir 100 obras construidas en Madrid por 100 arquitectos madrileños, fue un lujo viajar con el proyecto de la ampliación del colegio Bernadette por todos los continentes. Chile, Ecuador, Puerto Rico, Colombia, Turquía, Argelia, Brasil, China, Italia… Me pasó lo mismo con una exposición de Jóvenes Arquitectos Españoles (JAE), la exposición a Nueva York, Chicago, Washington, Canadá, Roma, parís, Estocolmo, Bruselas… Un lujazo.
¿Cómo ves el papel de la mujer en la arquitectura, un mundo tradicionalmente masculino?
Yo no veo diferencias en el ejercicio profesional diario, lo que sí veo son menos reconocimientos, premios o divulgación que a los hombres, pero poco a poco las cosas van cambiando. Yo fui invitada a participar en la Bienal de Arquitectura de Venecia del 2006 (el mayor escaparate del mundo) porque ese año España lo dedicaba a las Mujeres. Eso tampoco debería ser así, deberían reconocer tu trabajo por sí mismo, no por el hecho de ser de una mujer.
¿Crees que las arquitectas cada vez están más reconocidas?
Sí, poco a poco. Cada vez hay más iniciativas para darnos visibilidad, charlas, congresos…. En las escuelas de arquitectura ahora mismo ya hay entre un 60 y un 70% de mujeres, lo digo con conocimiento porque soy profesora de Proyectos Arquitectónicos en la Universidad de Alcalá de Henares ¡y este cuatrimestre había sólo 5 chicos en clase! Así que a la fuerza iremos conquistando territorio.
¿Cuáles son tus referentes en el mundo de la arquitectura, bien sean masculinos o femeninos?
Por seguir con lo femenino: Kazuyo Sehima, Anne Lacaton, Lina Bobardi, Carmen Pinos, Maria Langarita, Fuensanta Nieto, Blanca Lleó, Beatriz Colomina… ¡Hay muchas, así que esta vez me quedo sólo con las chicas!
Hace poco hablábamos en nuestro blog del gran trabajo que realizaste en un apartamento del Barrio de Chamberí. ¿Qué puedes decirnos de ese proyecto?
Que ha sido un lujo poder trabajar en un espacio tan especial, con unas vistas tan espectaculares de todo Madrid y respetando el trabajo del arquitecto construido hace 50 años por Luciano Diez Canedo, que hizo un gran trabajo. Todo esto ha hecho que todo fuera más difícil, porque tenía una gran responsabilidad, tenía que quedar bien sí o sí.
Tu obra ha sido premiada en diferentes concursos nacionales e internacionales. ¿Hay alguna de estas obras premiadas a la que tengas un especial afecto?
Los primeros premios se recuerdan con más emoción. Recuerdo que el primer concurso al que me presenté con otros compañeros y con sólo 27 años lo ganamos, y no era algo pequeño: era un teatro auditorio en Galicia… ¡De 12.000m2! Fue algo increíble y pensaba que irrepetible, pero después el segundo concurso que hicimos también lo ganamos: un polideportivo en Santander. Después ya fue más difícil ganar concursos. El primer premio, la primera exposición, la primera publicación que fue en portada, o la primera conferencia… Se recuerdan todos con especial cariño.
Más allá de los premios, ¿tienes algún proyecto realizado que sea tu favorito?
Sí, hay uno que es mi favorito, es un edificio enorme en Vicalvaro, de 12.000m2, un Centro Ocupacional (Centro Especial de Empleo y Centro de Día para discapacitados intelectuales). No tiene premios (aunque está en la guía de edificios emblemáticos de la periferia de Madrid, editada por el Colegio de Arquitectos), pero el gran premio para mí es haber realizado un edificio que ha hecho que mejore el espacio de trabajo de más de 400 personas. Y nos lo han dicho, ¡uno de los trabajadores me dijo una vez que le habíamos hecho un Palacio! Ese es el mejor de los premios, el agradecimiento de las personas que viven, trabajan y pasan muchas horas en un espacio que has diseñado tú, y donde se sienten mejor, más productivos, más felices. Es difícil de explicar, y es algo que pasa cuando tienes un buen cliente.
¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Tienes algún proyecto en mente?
Siempre hay cosas, últimamente más pequeñas que antes. Ya no son superficies de 10.000m2, pero son igualmente bonitas. Ahora estoy haciendo una reforma de un local para un espacio de entrenamientos personales; queda poco para terminarlo y creo que va a quedar muy bien. Además tengo ganas de que salga un proyecto muy bonito para hacer un espacio de coworking para artistas en unas naves industriales enormes y preciosas, y por último tengo que terminar mi tesis doctoral… ¡No son pocas cosas!
Idoia, ha sido un placer hablar contigo. Muchas gracias por venir al blog de Estate One.
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