El interiorismo ayuda a acondicionar las viviendas y mejorar la calidad de vida de sus ocupantes: sigue estos 4 consejos para que tu casa mejore. A veces, para conseguir buenos resultados en interiorismo lo más importante es respetar las normas que la mayoría de interioristas seguirían. Hoy vamos a ver 4 de ellas: si las seguimos realzaremos el espacio y conseguiremos que todo luzca de la mejor manera en nuestra vivienda.

1. Todo en su justa medida. Esta norma tan básica que podríamos aplicar a cualquier aspecto de la vida es fundamental en interiorismo. El equilibrio es clave para que un espacio respire, por eso deberemos buscar que haya armonía en cualquier estancia de la casa. Esto implica huir siempre del abigarramiento y la saturación, así como de las estridencias. Si en una estancia colocamos un objeto con mucho peso (por ejemplo, una obra de arte), deberemos compensarlo con otras zonas más ligeras para que el espacio no se sature. Con los muebles ocurre lo mismo: una pieza destacada, por ejemplo, una estantería o un sofá, debería estar rodeada de zonas más desnudas para que la pieza luzca y a su vez tengamos sensación de amplitud.

Un bonito suelo de parqué deberemos lucirlo: si queremos que una estancia destaque por la calidez de su parqué no tiene sentido utilizar alfombras que lo cubran.

En otro ejemplo, si tenemos una chimenea que le otorga personalidad a una estancia, deberemos potenciarla evitando rodearla de otros elementos que le resten importancia.

2. Piensa siempre en tu vivienda. Puede parecer una obviedad, pero no lo es en absoluto porque hay muchas veces que al decorar una estancia nos dejamos llevar por la pasión y perdemos la perspectiva de lo que el espacio nos está demandando. Uno de los objetivos de un buen interiorista debería ser sacarle el máximo partido al espacio que va a intervenir, o dicho de otra forma: potenciarlo para que resalte. Por eso siempre que pensemos en decorar una estancia deberemos preguntarnos si los elementos que queremos colocar ayudan a destacar el espacio o, por el contrario, lo ensombrecen. Imaginemos un salón con unas impresionantes vistas; todos nuestros esfuerzos deberían encaminarse a potenciarlas, resaltar esas vistas para que el salón se realce todavía más (evitaremos, por tanto, colocar cualquier elemento que se interponga en esas vistas y las entorpezca).

En una estancia donde tengamos una lámpara de diseño de la que nos sintamos especialmente orgullosos, deberemos buscar la forma de que la lámpara se destaque: una buena manera de conseguirlo sería dejar desnudo el resto del techo para que la lámpara luzca en todo su esplendor. Es por ello que si pensamos siempre qué es lo más importante o lo que más queremos destacar de nuestra vivienda tendremos una valiosa pista para saber cómo deberemos decorar cada estancia y qué elementos pueden ayudarnos o no.

3. Dialoga con el espacio. Es muy importante que cuando intervengamos en una estancia interactuemos con el espacio y lo respetemos. Se trata de añadir lo que nosotros pensamos que puede mejorarlo, pero sin dejar de pensar en el todo. Si en una habitación colocamos elementos que se coman el espacio habremos fracasado porque estaremos restando en lugar de sumar: tiene que establecerse un diálogo entre lo que nosotros coloquemos y el espacio, de forma que todo quede integrado. Por ejemplo, en una estancia con una escalera de caracol, podemos conseguir que la escalera destaque y a la vez el espacio salga reforzado, de forma que todo quede integrado en armonía. Para ello podemos destacar la escalera pintándola de un color intenso; esto deberemos compensarlo usando un color neutro para el espacio. Además, será importante que el espacio quede despejado de otros elementos que puedan interferir. De esta forma, el espacio sigue siendo protagonista a la vez que nuestra escalera de caracol destaca.

4. Blanco que te quiero blanco. Hace tiempo escribimos un artículo en este blog donde hablábamos de cómo decorar con blanco. El blanco es luz, es amplitud, y sobre todo es atemporalidad, porque es un color que nunca pasa de moda. Un espacio con blanco respira mucho más que uno con colores intensos, y la sensación de limpieza y libertad que se tiene en una estancia dominada por el blanco no se tiene en ningún otro sitio.

Por eso recomendaríamos tenerlo en cuenta a la hora de decorar una vivienda: no nos olvidemos nunca de que en interiorismo siempre encontraremos un aliado en el color blanco.