Ahorrando en la factura de la luz de nuestra segunda residencia

Ahorrando en la factura de la luz de nuestra segunda residencia

En una segunda residencia podemos ahorrar bastante dinero en la factura de la luz si ponemos en práctica algunas consideraciones. La segunda residencia ha ganado mucho protagonismo en España desde que llegó la crisis sanitaria del coronavirus. La posibilidad de teletrabajar y la necesidad de esparcimiento que han experimentado muchos españoles durante la pandemia ha provocado que la segunda residencia haya sido mucho más utilizada. Y esto ha provocado a su vez que la factura de la luz de esa segunda residencia haya aumentado considerablemente. Es lógico que si pasamos más tiempo en una vivienda la factura de la luz aumente, pero ¿nos hemos preguntado si estamos haciendo una buena gestión de los recursos de esa vivienda para que el consumo de luz sea el más razonable? A lo largo del confinamiento han sido numerosas familias las que se han llevado una sorpresa desagradable cuando han recibido la factura de la luz de su segunda residencia: ¿qué puede hacerse para evitar que esto ocurra? Según señalan los expertos, hay dos factores que es fundamental tener en cuenta. El primero es ajustar la potencia de luz contratada y el segundo comparar los precios del kilovatio hora para contratar la compañía que más nos convenga. Suele ser habitual que, al no estar acostumbradas a pasar demasiado tiempo en su segunda residencia, muchas familias ni siquiera tengan en cuenta estos dos aspectos. Es lógico, pues cuando un inmueble sólo se utiliza muy puntualmente, esto no parece importante, pero la cosa cambia si se utiliza en periodos de tiempo más prolongados. Veamos por qué.

Ahorrando en la factura de la luz de nuestra segunda residencia
Ajustar la potencia de luz contratada y elegir la compañía que más nos convenga en base al uso de luz que tengamos resulta fundamental

AJUSTANDO LA POTENCIA Y MIDIENDO EL GASTO

Los expertos recomiendan ajustar la potencia de luz de nuestra segunda residencia al mínimo; de esta forma conseguiremos que el gasto fijo que se paga aparte del consumo sea el menor posible. Para ello será muy importante tener en cuenta la cantidad de electrodomésticos que tengamos conectados en casa, pues la potencia de luz que contratemos será determinante para que puedan funcionar todos a la vez. Deberemos considerar que bajar la potencia contratada tiene actualmente un coste que ronda los once euros. Si después queremos volver a subirla, deberemos pagar de nuevo (un importe, en este caso, mayor que cuando la bajamos), por lo que conviene que antes de bajar la potencia contratada estudiemos detenidamente la potencia de luz que necesitamos. Cuando tengamos contratada la potencia que más se ajusta a nuestras necesidades, deberemos medir nuestro gasto y preguntarnos cuáles son los horarios más convenientes para usar nuestros electrodomésticos. Hay personas que optan por dar de baja la luz cuando no utilizan su segunda residencia; en general se suele desaconsejar esta práctica, pues resulta costoso volver a darla de alta, ya que se debe asumir una serie de costes. Digamos que si la casa no se va a usar durante un periodo largo de tiempo (pongamos que más de un año) puede salir a cuenta, pero si no es así no conviene hacerlo.

Es importante medir el gasto y saber qué horarios nos convienen más para hacer uso de nuestros electrodomésticos

LA IMPORTANCIA DEL CERTIFICADO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

Hace tiempo ya hablamos en este blog del Certificado de Eficiencia Energética, un documento que es obligatorio tener en todas las viviendas españolas. Entonces explicamos que este certificado mide la eficiencia energética de una casa, y que en él se informa de las características de la casa respecto al gasto de luz, entre otras cuestiones. Será, por lo tanto, muy importante tener en cuenta este certificado para determinar si la eficiencia energética de nuestra vivienda es mejorable en cuanto a luz se refiere. Seguramente lo primero que deberemos preguntarnos es cómo son nuestros sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación y si estamos haciendo un buen uso de los mismos. En caso de que la respuesta sea negativa, deberemos valorar mejorar dichos sistemas instalando unos que sean más eficientes (no nos olvidemos de que, si bien en un principio esto supone una inversión, ésta se rentabilizará a corto o medio plazo, pues el consumo energético y la factura se reducirán considerablemente). Por el contrario, si no es posible instalar nuevos equipos, deberemos optimizar al máximo su uso.

Fotografías: freepik

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