El COVID-19, otro escollo para los jóvenes

El COVID-19, otro escollo para los jóvenes

El COVID-19 ha supuesto un nuevo escollo para los jóvenes a la hora de acceder a un inmueble para poder independizarse. La semana pasada hablábamos en este blog de los datos que hizo públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre al régimen de tenencia de la vivienda en España y decíamos que en 2020 un 25,6% de los jóvenes que tenían entre 30 y 34 años vivía con sus padres. Como decíamos entonces, esto supone más de 5 puntos respecto al año 2013, y más de un punto respecto a 2019. Pero si nos fijamos en los menores de 30 años, tan sólo un 45% logró emanciparse en 2020, lo cual supone la cifra más baja desde 2013. Es significativo el dato de que en los tres ejercicios anteriores el porcentaje de emancipación juvenil se situaba en un 52%, más de seis puntos por encima del porcentaje de 2020. Esto implicaría un cambio de tendencia desde que el COVID-19 entró en escena: parece claro que desde la aparición de la pandemia a los jóvenes les cuesta más independizarse. Justo antes de la crisis sanitaria, ya advertíamos en este blog de las dificultades que encontraban los jóvenes para emanciparse; entonces decíamos que la media de emancipación en España se situaba en torno a los 30 años (4 años más que la media europea). Según el Instituto Nacional de Estadística, un 37% de los jóvenes españoles señala la inestabilidad laboral como principal problema para emanciparse; un 33%, la insuficiencia de ingresos y un 20% el elevado precio de los alquileres. En lo que se refiere al empleo, los jóvenes responsabilizan a los bajos salarios, la escasa experiencia con la que cuentan, la temporalidad y la falta de derechos laborales como principales causas para tener un trabajo digno que les permita emanciparse.

El COVID-19, otro escollo para los jóvenes

OBLIGADOS A DAR UN PASO ATRÁS

El informe del Instituto Nacional de Estadística dice que en España las mujeres se emancipan antes que los hombres. Casi un 53% de mujeres menores de 30 años logró emanciparse en 2020, mientras que el porcentaje de hombres que lo consiguió apenas fue del 37%. Si tomamos como muestra una horquilla superior de edad, observamos que un 58% de las mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 34 años logró emanciparse, mientras que en los hombres la cifra cayó hasta un 47%. Muchos jóvenes españoles que habían conseguido independizarse en 2020 se vieron obligados a compartir piso para poder pagar el alquiler, o incluso a regresar a casa de sus padres. Esto ha supuesto un baño de realidad para estos jóvenes; se trata de un golpe duro psicológicamente hablando, pues implica un retroceso en sus expectativas vitales y su desarrollo personal. Se estima que en 2020 fueron unos 228.600 jóvenes los que tuvieron que dar un paso atrás y volver a vivir con sus padres después de haberse independizado. De esos jóvenes se calcula que 4 de cada 10 no trabajaban, y los que lo hacían tenían trabajos precarios con sueldos insuficientes para la emancipación. Se cree que en 2020 más de 70.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 25 y 30 años han regresado a casa para vivir con sus padres después de haberse independizado.

El COVID-19, otro escollo para los jóvenes

EN ESPERA DE UNA LEY DE VIVIENDA

A expensas de que la pandemia se supere y las oportunidades laborales mejoren, los jóvenes depositan sus esperanzas en la futura ley de vivienda. Los jóvenes esperan que si esa ley finalmente se aprueba se regule el precio del alquiler para facilitar su acceso a la vivienda, pero actualmente la ley se encuentra atascada y no termina de salir adelante. ¿Hasta que punto es factible que finalmente pueda aprobarse y las condiciones para los jóvenes mejoren de cara a poder independizarse? De momento no parece muy claro que a corto plazo vayan a producirse cambios significativos al respecto, pero permaneceremos atentos a las novedades que puedan ocurrir en este sentido.

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